Ir al contenido principal

¿Bailamos?

Cuando aceptas mi invitación, comienza la danza.
Suave, conociéndote, admirando tu valentía, tus ganas de crecer, de ser mejor y, también, más libre. Sé de tus ansias por comprender, por ver aquello que no ves y no logras calibrar en tus pasos.
Cuando me sitúo enfrente, observo tu determinación y a la vez tus ojos interrogantes, ¿ahora qué?
Déjate llevar.
No te contaré que vaya a ser fácil, no te explicaré la de veces que podemos desviar los movimientos, pero sí sé que al final lo harás bien, soltarás lastre, vestirás tus mejores galas y volarás, alto, muy alto, has venido para eso, para desplegar tus alas y volar.
Mientras te sostengo, siento en ocasiones tu incredulidad, tus desafíos, tus dudas y hasta tus temores más escondidos y acechantes. Sé que están ahí, dispuestos a devorarte una vez más, pero confío, confías y saltas, ahora con el movimiento perfecto, el 8 divino, espectacular, el que marca la diferencia, el antes y el después.
Me has dado permiso para acompañarte, para retar tus pasos, para explicarte, avanzamos en bonito a veces, otras en falso y otras... bueno... a veces... quizá pareciera que no avanzáramos.
No importa nada, el baile con la música continúa, entonces ya la danza explota en el cuerpo y estás preparad@. Comprendes por fin.
Ahora te sabes capaz, sientes que cambiaste de nivel, que estás en avance, la danza fluye. Te has vuelto hacia ti, hacia la vida.
Yo guardaré estos momentos como oro en paño, con devoción, sintiéndome afortunada, dándote las gracias por compartir conmigo, por compartir tu tiempo del alma.
Ahora dejo de acompañarte porque la danza está dentro y ya no saldrá. Sólo sigue bailando, sólo sigue bailando.
Yo seguiré mostrando otros números, otras coreos, no se me ocurre otra manera mejor de explicar el coaching, perdón, quise decir, el baile.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Trabajo o traalto

Es un simple juego de palabras inventado con un profundo significado para mí. Se trata de la perspectiva desde la que realizo mi actividad profesional. Desde el trabajo o desde el traalto, es decir, desde la obligación, la necesidad y la imposición o desde el disfrute, la creatividad y el deleite. Desde una vibración baja o desde una vibración alta. Desde el conocimiento dirigido o desde los dones y el talento innatos. Haz lo que te gusta y no trabajarás nunca. Esto no quiere decir que no me esfuerce, que no sea perseverante o que no tenga implicación, justo todo lo contrario, si mi actividad deriva de los dones, no trabajo, sólo traalto y transmuto lo que hago porque el origen lo es todo y cambia radicalmente el enfoque y la energía que pongo en ello. Averigua cuáles son tus dones si no lo sabes todavía, dirígete a su realización, dejemos de verlos como aficiones o como sueños colocándolos dentro de nuestras vidas en el centro de nuestra actividad profesional o laboral. Dejemos

El estancamiento no existe, se trata de degradación

Sí, lo sabemos, no podemos no crecer. El estancamiento es ilusorio, es la manera de decir y autoconvencernos de que me "quedo como estaba" sin avanzar, pero no es posible. Todo se mueve, continuamente, todo el rato. Todo varía a cada instante, sólo la limitada percepción humana es capaz de determinar parada, quietud y estancamiento.  En un interminable imaginario. Sin embargo, todo a nuestro alrededor nos informa de que lo estático es puntual para dar paso indefectiblemente a la degradación.  Nada mejora por el no uso, por quedarse como antes, por no aceptar o no permitir el avance. Ciertamente a las personas nos ocurre exactamente eso mismo.  Cuando decidimos que ya está todo hecho, aprendido, conocido, experimentado, y nada queda por mejorar, comienza la degradación y el derrumbe. No nos supongamos como modelo terminado de nosotros mismos, no existe tal, y no estamos aquí para llegar a eso sino para ser infinitos y extraordinarios, y eso se consigue de manera continua y sos

A mi edad, no...

¿Qué quieres hacer? He oído muchas veces esta creencia que parece incapacitarnos para un sinfín de actividades o experiencias en nuestra vida a partir de una determinada edad, cada uno elige cuál para que le sirva de excusa. A mi edad, que paso del medio siglo, no entiendo por qué debo dejar de aprender de mil y una cosas que todavía me quedan por experimentar. No hace tanto comencé a bailar, no hace tanto cambié mi vida completamente saliendo de la zona de confort para entrar en la de pánico (así la llaman, pero debo decir que nunca me he divertido y disfrutado tanto como desde que estoy en ella), hace poco que aprendí..., hace poco que empecé... De eso se trata, según mi teoría, que seguramente no será nada mía, estamos en esta vida física para vivir una experiencia humana extraordinaria, única y genuina, y parece que se nos olvida en cuanto pisamos el suelo. Pues aquí va el reto, no dejes de experimentar, disfrutar, vivir el presente y ser feliz probando cosas nuevas como si