Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de octubre, 2015

Y el miedo cambió de oficio

Había una vez un pequeño pueblo situado en un profundo valle rodeado por un bosque tan frondoso que sus habitantes habían olvidado que existía un mundo más allá. Una leyenda del pueblo contaba que en el denso bosque vivía un terrible y cruel monstruo llamado Miedox. Nadie recordaba ya cuándo se instaló Miedox en el bosque, nadie recordaba si había algo al otro lado de la espesura y nadie tenía ya interés ni valor para aventurarse. En cualquier caso, los habitantes del pueblo habían decidido que no había más mundo que el propio pueblo. Nació una niña en una de las familias y era tan vivaz y curiosa por el mundo que la rodeaba que en cuanto supo andar, se adentró en el bosque. Como nadie le había advertido todavía de los peligros que allí se encerraban dada su corta edad, ella exploró aquella verde inmensidad con su curiosidad intacta. Pronto, Admira, que era su nombre, se encontró cara a cara con Miedox y éste, encolerizado al ver a la pequeña, preguntó: - ¿¿¿¿Qué haces aquí???

La última frontera

Me apasiona este concepto. Con él me llega la idea de reto, de desafío último y absolutamente extremo por conquistar. Todos tenemos esa última frontera a la que llegar, coronar, conquistar, lograr... Está en nuestra naturaleza crecer y avanzar, y si acompañamos esta tendencia innata, podremos ser conscientes de nuestro camino y recorrerlo sin límites, sin miedo, e, incluso, a pesar de ellos. Quizá lo de última sobre, porque siempre habrá fronteras a las que arribar, que trascender. Siempre habrá algo que aprender o conseguir. En realidad, da igual, lo importante es el sentido de dirección, de avance, de consecución. Pararnos en algún momento del camino está bien para recuperarnos, para ajustarnos la mirada y continuar la aventura. Detenernos sine die sería como abandonar la vida en plena carrera y privarnos del componente propósito. La última frontera nos habla de trascender límites, de superar dificultades, de recorrer un kilómetro más, de seguir adelante por el desierto cuand