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Mostrando entradas de junio, 2015

"Por expandir tus límites"

Me siento muy afortunada y muy agradecida por este galardón, me lo han concedido mis compañeras de baile, con las que llevo cinco años bailando; bueno, ellas, bailando, y yo, haciendo lo que podía, al principio más bien mal o muy mal, sin paliativos. ¡Me encanta el mensaje! Sirve para cualquier experiencia vital. Y es que los límites sólo están en nuestra mente. Cuando traspasamos las fronteras autoimpuestas, cuando descubrimos que existe el más allá, cuando avanzamos a pesar del miedo y rebasamos nuestra incredulidad y nuestras barreras mentales, nos damos cuenta de que disponemos de todos los recursos necesarios para alcanzar aquello que deseamos. Iniciar un nuevo aprendizaje desde cero es todo un reto, pero no nos aporta más que beneficios. Derriba nuestra incompetencia adquirida y nos lanza a otros mundos, aunque al principio parezca que no avanzamos. Al recibir este apoyo, me llegan algunas reflexiones: La importancia de la gratitud y sentirme afortunada por tantas cosa

Y sin embargo, son margaritas...

Llevo años plantando semillas de margarita en la terraza, pero por alguna razón, nunca prosperaban y no había tenido el privilegio de verlas siquiera germinar. De hecho, no sabía cómo era la planta en sí. También hace tiempo, dejé de pensar en ellas, convencida de que mi terraza era territorio hostil para muchas plantas, ellas entre otras. No se dan las condiciones para que florezcan , me decía cada año. Y eso ciertamente me sabía a sentencia, pero dejé marchar el deseo y aceptar que no siempre las cosas ocurren como uno espera. Esta primavera empezaron a crecer unas extrañas hojas en uno de los recipientes y mi intuición me decía que no eran hierbas silvestres que trae el viento aleatoriamente cada temporada (las malas hierbas no existen). Se llenaron de bichos, retrocedieron, se medio secaron, aparentemente no crecían bien, pero ahí estaban, avanzando poco a poco ante la adversidad del entorno extremo y expuesto de la terraza. Al poco, mi intuición comenzó a susurrar: ¡¡¡Son la