El jueves pasado conocí La Guindalera y quedé impresionada. Es un teatro familiar, de los que quedan pocos, encantador, con un gusto exquisito y con una obra impecable La máquina de abrazar , de José Sanchís, protagonizada con mucho mérito por dos actrices. Una, María Pastor, hija del director del teatro Juan Pastor, y la otra, Elia Muñoz, que ha tenido poquísimo tiempo para aprenderse el papel ya que hubo cambio de actrices por lesión de la anterior y Elia prácticamente ha tenido dos semanas para estudiar. Recomiendo la representación y la interpretación de María me pareció espectacular. Luego hubo licor de guindas y conversación con las actrices. Una grata experiencia.
Una forma de sentir, pensar y actuar para vivir consciente. Experimenta los retos de un modelo alternativo de sociedad.