Me gusta este proverbio, lo aprendí el viernes y me sirvió para darme cuenta de que cuando uno no avanza solo, quizá sea hora de avanzar acompañado. Y me he hecho socia de AECOFAM que se dedica a algo tan amplio y tan necesario como el coaching dirigido a la familia en cualquiera de sus implicaciones. Me parece una idea maravillosa y aunque todavía no sea capaz de ver toda la extensión de lo que significa, sé que se trata de un proyecto magnífico del que seguro aprenderé muchísimo y que me aportará grandes experiencias tanto en dar como en recibir. ¡Enhorabuena a sus impulsoras!
Una forma de sentir, pensar y actuar para vivir consciente. Experimenta los retos de un modelo alternativo de sociedad.