Desde siempre me ha gustado ver bailar, pero nunca he bailado. Me gustan todo tipo de danzas y estilos, pero no practico ninguno. No tenía tiempo, no sabía, era muy difícil, hay que empezar desde pequeño ... La lista de excusas es interminable y todas son asesinos de sueños sin más. Pero decidí cambiar y hacerme la pregunta desde otro punto de vista: ¿por qué no? Y tuvo su efecto, me he matriculado en una escuela de baile, para aprender, para divertirme y hacer ejercicio, ¿qué más puedo pedir? Ya he dado mi primera clase, hoy tengo la segunda. Nunca se es demasiado pobre o rico, joven o viejo, alto o bajo para dar un paso hacia lo que uno quiere y sueña, la cuestión es dar en cada momento el paso posible y avanzar siempre con uno detrás de otro.
Una forma de sentir, pensar y actuar para vivir consciente. Experimenta los retos de un modelo alternativo de sociedad.