Divina revelación, cuánta claridad y sabiduría. Y es esto precisamente lo que más me inunda cuando miro alrededor. Estamos justamente ahí, en los albores de una nueva creación, un nuevo orden, un nuevo paradigma, lo creamos o no, lo creemos o no. Se abrirá camino, incluso a pesar nuestro. Me refiero a la humanidad, tan acostumbrada a mirarse el ombligo que ha dejado pasar lo invisible e insignificante de lado: lo que NO VE, simplemente negándolo. Y el resultado son estragos, es nuestra Tercera Guerra Mundial, silenciosa, esta vez sin bombas ni armas, simplemente con la destrucción masiva desde dentro, desde lo propio, lo íntimo. Lo que da más miedo, lo inhóspito, lo oculto en cada uno, porque ahí, ¿quién va a mirar, si no lo miro yo? Pues nadie, está claro y así me sigo permitiendo la basura que he aprendido a tapar con cierta eficacia y ya no me llama la atención tener nada que hacer con ella, porque al fin y al cabo, a todos por igual nos sobra basura y aprender a disimularla
Una forma de sentir, pensar y actuar para vivir consciente. Experimenta los retos de un modelo alternativo de sociedad.