Empresas conscientes
Me interesa mucho el concepto de empresa consciente. Cada vez más. Sé que el objetivo de toda empresa es obtener beneficios, generar ganancias, ser los primeros en ventas de su sector, etc, etc.
También oigo hablar de empresa 2.0, RSC, compromiso con el medio ambiente, bien, son conceptos distintos y cada uno es magnífico en su planteamiento.
Pero en múltiples ocasiones nos ciega como empresarios el apego al resultado. Cada vez son más y más los profesionales que han descubierto y practican otra forma de hacer negocios, esto no es nada nuevo. Seguro que a lo largo de la historia hay muchos casos en este sentido, pero cada vez con más fuerza existe la empresa que realmente aplica inexcusablemente unos valores irrenunciables a su actividad, en donde las personas van primero y donde el beneficio importa, pero lo que realmente da satisfacción es el compromiso y el cumplimiento de esos valores día tras día.
Centraré más esta reflexión. Por mi experiencia ni el miedo ni la ansiedad ni el estrés son buenos compañeros de carrera más allá de un mínimo aceptable.
La carrera desenfrenada por la comisión, el contrato, la mordida, el interés enfermizo por cerrar una reunión,..., nos apartan en muchas ocasiones de la obtención de buenos resultados o en el mejor de los casos (para mí el peor) nos arroja a los leones y a las prácticas empresariales más despiadadas de las que no quiero ni acordarme.
Es cierto que el ser humano es capaz de lo mejor y lo peor. Cada uno tendrá que establecer esos límites, pero sí quiero apostar sin condiciones por el trabajo de calidad en sí mismo, por la satisfacción del cliente de forma genuina y por el cumplimiento de los valores sin excepción.
Tan antiguo como el ser humano, y sé que no somos ni una ong ni una fundación ni asociación sin ánimo de lucro, queremos ganar dinero y necesitamos ese dinero para movernos por esta forma de experiencia terrenal que hemos convenido. Pero no a costa de cualquier precio, sino con consciencia.
Una vez definidos los límites que no sobrepasaré NUNCA en mi actividad profesional y que me definen, me sentiré genuinamente inspirada para hacer cualquier trabajo, SIEMPRE.
No es pazguatería, es, en mi opinión, hacer un mundo mejor.
También oigo hablar de empresa 2.0, RSC, compromiso con el medio ambiente, bien, son conceptos distintos y cada uno es magnífico en su planteamiento.
Pero en múltiples ocasiones nos ciega como empresarios el apego al resultado. Cada vez son más y más los profesionales que han descubierto y practican otra forma de hacer negocios, esto no es nada nuevo. Seguro que a lo largo de la historia hay muchos casos en este sentido, pero cada vez con más fuerza existe la empresa que realmente aplica inexcusablemente unos valores irrenunciables a su actividad, en donde las personas van primero y donde el beneficio importa, pero lo que realmente da satisfacción es el compromiso y el cumplimiento de esos valores día tras día.
Centraré más esta reflexión. Por mi experiencia ni el miedo ni la ansiedad ni el estrés son buenos compañeros de carrera más allá de un mínimo aceptable.
La carrera desenfrenada por la comisión, el contrato, la mordida, el interés enfermizo por cerrar una reunión,..., nos apartan en muchas ocasiones de la obtención de buenos resultados o en el mejor de los casos (para mí el peor) nos arroja a los leones y a las prácticas empresariales más despiadadas de las que no quiero ni acordarme.
Es cierto que el ser humano es capaz de lo mejor y lo peor. Cada uno tendrá que establecer esos límites, pero sí quiero apostar sin condiciones por el trabajo de calidad en sí mismo, por la satisfacción del cliente de forma genuina y por el cumplimiento de los valores sin excepción.
Tan antiguo como el ser humano, y sé que no somos ni una ong ni una fundación ni asociación sin ánimo de lucro, queremos ganar dinero y necesitamos ese dinero para movernos por esta forma de experiencia terrenal que hemos convenido. Pero no a costa de cualquier precio, sino con consciencia.
Una vez definidos los límites que no sobrepasaré NUNCA en mi actividad profesional y que me definen, me sentiré genuinamente inspirada para hacer cualquier trabajo, SIEMPRE.
No es pazguatería, es, en mi opinión, hacer un mundo mejor.
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