Ir al contenido principal

¿Qué es crecimiento para mí?

Desde hace algunos días escucho la palabra crecimiento por todas partes: no consigo crecer, es falta de crecimiento, son los problemas del crecimiento, no registro crecimiento, …

Yo misma indicaba hace una semana en un foro que consideraba que no había crecido en unos proyectos y que me había visto retrocedida a la casilla de salida.

Pero, ¿qué sentido tiene el crecimiento en lo que hacemos, en nuestras vidas? Se me aparece la misma analogía de las aguas estancadas, si no fluyen, se estancan y se pudren. Algo así, si no crezco, me estanco y me deterioro, decaigo, me pudro y no hay avance posible desde esa situación.

¿Qué hago entonces para entrenarme y provocar en mí un estado de crecimiento sostenible que no necesariamente hacia arriba (o hacia donde tu psique lo coloque)? ¿Qué indicadores establezco en mí si lo que quiero es constatar ese bendito crecimiento?

 Me pongo a reflexionar sobre esto y me alcanzan las siguientes ideas a tener en cuenta:

  • Me baso en los ciclos de la tierra, por ejemplo, sembrar, enriquecer, regar, recoger
  • Observo a las personas a mi alrededor que considero sí crecen: proyectan, planifican, ejecutan, obtienen resultados

 Sí, pero también observo que en ocasiones (bastantes veces) no se consiguen los resultados esperados, ¿qué hacemos ante esto?

Revisar todo y volver a empezar. 

Y propongo, sobre todo, revisarse a uno mismo. Nos encanta sacar balones fuera, dicho básicamente, poner la culpa en algún otro, lo fácil y lo habitual. Pero, aquí estamos para crecer, ¿no es cierto? Si continuamente me lavo las manos, miro para otro lado, me escaqueo de la cuestión y pongo el foco fuera, poco o nada de la situación me habrá servido para mover un ápice mi aprendizaje.

No nos engañemos, la mayoría de las veces vamos así por la vida, tirando balones fuera y haciendo poca reflexión constructiva sobre nosotros mismos.

Volvemos a empezar, una relación, un emprendimiento, un proyecto, …, todo genial al principio y al poco, sin saber por qué rayos esto ha derivado así, estamos exactamente en el punto anterior en donde todo se vino abajo, se deshizo, fracasó o se volatilizó, sin darnos cuenta de qué habíamos hecho. ¿Os ha pasado alguna vez?

Quizá no, a mí sí y no una, sino varias veces.

Para la próxima, pongo más cuidado, me digo, y sin embargo, me sucede lo mismo. Puede que cambie el escenario, las personas, el área de mi vida, pero el resultado ES EL MISMO, es decir, el que NO DESEO.

Así las cosas, propongo pararnos. Mirar lo que ha ocurrido fuera, para ubicar adentro y tomar nota de lo ocurrido, tantas veces como haya pasado, hacer reflexión y obtener de ahí el dato valioso de lo que hice y no hice en cada una de las veces. Para obtener pautas y automatismos que se me desencadenan con un descaro pasmoso ante mí y que me dejan indefenso ante esto, presuponiendo que nada puedo hacer y además es imposible.

Pues bien, buenas noticias y malas a la vez. Esto es cierto, poco puedo hacer…, ¡si no me pongo a ello!!

Nada va a cambiar si no me interrogo sobre ello en mí. Dejo de culpar a otros, dejo las excusas, las quejas, las justificaciones, el precio del petróleo y del dólar, la vecina del quinto y me pongo manos a la obra, con la intensidad y el ahínco necesarios para indagar, profundizar y establecer esos patrones en mí que me roban la tostada cuando todo parece ir de perlas. Utilizo esas indicaciones para investigar, para avanzar en mí, ese nada amistoso campo de minas que soy yo y que se me escurre cual trucha entre los dedos cada vez que quiero alcanzar mis objetivos, pero que sin embargo contiene las claves de lo que estoy teatralizando en el mundo real de mi parte y que además lo tiene tan bien ensayado que aunque me pesque en alguna de las actuaciones, a la siguiente lo hace mejor y no soy yo, sino que es mi patrón reproducido.

Contado así parece que es fácil desactivar aquello que nos impide crecer y aprender. No lo es, a menos, insisto, que nos pongamos muy concienzudamente a ello y, para hacerlo, exigirnos en esa demanda de afinar la observancia es fundamental.

No siempre estamos a ese nivel, porque son patrones muy consolidados y tremendamente enmarañados en nosotros mismos que no permiten diferenciarnos de ellos, sin embargo, insisto en que no bajemos la guardia e insistamos en esa auditoría continua para destapar lo que en nosotros parece tener vida propia y no somos nosotros.

Encontrar este punto produce una brecha que nos abre la mente y el mundo, nuestro mundo, para situarnos en una mejor posición de observatorio desde la cual, ahora sí, iniciar un nuevo comienzo porque esta vez, la que sea, la cien mil veintitrés, por ejemplo, hemos hecho un cambio de garita y hemos ascendido a un nivel distinto que lo cambia todo y desde ahí la visión es magnífica y ya vemos el aprendizaje para que la próxima vez que se den las circunstancias a repoducir y clonar, esté alerta y desactive ese incómodo patrón con una respuesta distinta y el crecimiento sea posible porque cambié de lugar e hice ese tránsito en mí que ahora sí me permite avanzar en lugar de chocar con esa piedra que parecía pegada al zapato, en lugar de estar en el camino, y que ahora puedo saltar, rodear o desplazar a un lado decididamente.

Y este proceso para mí, sí es crecimiento. 


 

 

 

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Trabajo o traalto

Es un simple juego de palabras inventado con un profundo significado para mí. Se trata de la perspectiva desde la que realizo mi actividad profesional. Desde el trabajo o desde el traalto, es decir, desde la obligación, la necesidad y la imposición o desde el disfrute, la creatividad y el deleite. Desde una vibración baja o desde una vibración alta. Desde el conocimiento dirigido o desde los dones y el talento innatos. Haz lo que te gusta y no trabajarás nunca. Esto no quiere decir que no me esfuerce, que no sea perseverante o que no tenga implicación, justo todo lo contrario, si mi actividad deriva de los dones, no trabajo, sólo traalto y transmuto lo que hago porque el origen lo es todo y cambia radicalmente el enfoque y la energía que pongo en ello. Averigua cuáles son tus dones si no lo sabes todavía, dirígete a su realización, dejemos de verlos como aficiones o como sueños colocándolos dentro de nuestras vidas en el centro de nuestra actividad profesional o laboral. Dejemos

El estancamiento no existe, se trata de degradación

Sí, lo sabemos, no podemos no crecer. El estancamiento es ilusorio, es la manera de decir y autoconvencernos de que me "quedo como estaba" sin avanzar, pero no es posible. Todo se mueve, continuamente, todo el rato. Todo varía a cada instante, sólo la limitada percepción humana es capaz de determinar parada, quietud y estancamiento.  En un interminable imaginario. Sin embargo, todo a nuestro alrededor nos informa de que lo estático es puntual para dar paso indefectiblemente a la degradación.  Nada mejora por el no uso, por quedarse como antes, por no aceptar o no permitir el avance. Ciertamente a las personas nos ocurre exactamente eso mismo.  Cuando decidimos que ya está todo hecho, aprendido, conocido, experimentado, y nada queda por mejorar, comienza la degradación y el derrumbe. No nos supongamos como modelo terminado de nosotros mismos, no existe tal, y no estamos aquí para llegar a eso sino para ser infinitos y extraordinarios, y eso se consigue de manera continua y sos

A mi edad, no...

¿Qué quieres hacer? He oído muchas veces esta creencia que parece incapacitarnos para un sinfín de actividades o experiencias en nuestra vida a partir de una determinada edad, cada uno elige cuál para que le sirva de excusa. A mi edad, que paso del medio siglo, no entiendo por qué debo dejar de aprender de mil y una cosas que todavía me quedan por experimentar. No hace tanto comencé a bailar, no hace tanto cambié mi vida completamente saliendo de la zona de confort para entrar en la de pánico (así la llaman, pero debo decir que nunca me he divertido y disfrutado tanto como desde que estoy en ella), hace poco que aprendí..., hace poco que empecé... De eso se trata, según mi teoría, que seguramente no será nada mía, estamos en esta vida física para vivir una experiencia humana extraordinaria, única y genuina, y parece que se nos olvida en cuanto pisamos el suelo. Pues aquí va el reto, no dejes de experimentar, disfrutar, vivir el presente y ser feliz probando cosas nuevas como si