La magia que no vemos
Hace unos meses escribía sobre sincronicidades y hoy quiero hacerlo sobre la magia cotidiana. Desde mi ignorancia, casi lo pongo todo en el mismo saco, que no es ni más ni menos que decir no tengo ni idea de por qué ocurren estas cosas, pero lo cierto es que ocurren y tengo esa experiencia.
Oigo hablar cada vez más de lo sutil, de lo etéreo, de lo cuántico, de la multidimensionalidad, de universos paralelos, del doble temporal, de la ley de la atracción, de los ángeles, ..., y sigo sin entender nada de todo esto, aunque me lo expliquen fácil, aunque todo tenga sentido y encaje. Y me pregunto, ¿para qué sabemos todo esto ahora (quizá antes también lo sabíamos o al menos lo intuíamos)? ¿Hacia qué punto esencial de nuestra historia nos encaminamos para tener acceso a estas enseñanzas?
También oigo hablar de nueva era, nuevo paradigma, yo misma hablo de ello, del despertar de la consciencia. ¿Qué hemos hecho tan bien o tan mal para estar ahora en este trance, es decir, despertando?
No tengo las respuestas a mis propias preguntas, pero ciertamente no me importa cómo hemos llegado a este punto. Me importa más lo que hagamos a partir de ahora, cómo quiero comportarme en adelante, qué quiero sentir y experimentar en mi vida y sí, me sé creadora de mi realidad, buena o no tan buena, me responsabilizo de ella. Soy ella. Soy mi vida.
¿Y qué tiene esto que ver con la magia? A mi modo de ver, todo. Porque aunque mi mente siga ciega tras miles de años de entrenamiento para no ver, mi ser sigue viendo y percibiendo que este mundo es maravilloso y perfecto, y a poco que preste atención, observo magia por donde voy, incluso la magia más cercana, bandadas de pájaros de cuerpos brillantes por el sol del ocaso en su migración, las flores explotando en sus ciclos, pausadas y bellas, el arco iris, los ríos y cascadas más apabullantes, entre millones de escenarios insospechados e igual de magníficos. Para mí esto es magia, porque aunque lo haya visto en la 2, pocas veces me he parado y apreciado que estaba sucediendo a mi alrededor.
Bien, morimos, pero antes de partir pregúntate si has logrado disfrutar de esto alguna vez. Luego te haré más preguntas, pero empiezo con ésta y contéstame de cierto, ¿has experimentado la magia en tu vida, alguna vez al menos?
Ya muertos, en otra dimensión o donde sea o en ningún sitio, recordaré si hice esto o experiencias similares y no me satisfará responder que no, porque tuve tiempo, mucho tiempo, pero estaba ocupada y me entretuve, y cuando lo recuerde, ya se habrá terminado.
Upps y no sé si voy a volver.
(fragmento de Un poco más..., cada vez, Ana Méndez, 2016, inédito)
Oigo hablar cada vez más de lo sutil, de lo etéreo, de lo cuántico, de la multidimensionalidad, de universos paralelos, del doble temporal, de la ley de la atracción, de los ángeles, ..., y sigo sin entender nada de todo esto, aunque me lo expliquen fácil, aunque todo tenga sentido y encaje. Y me pregunto, ¿para qué sabemos todo esto ahora (quizá antes también lo sabíamos o al menos lo intuíamos)? ¿Hacia qué punto esencial de nuestra historia nos encaminamos para tener acceso a estas enseñanzas?
También oigo hablar de nueva era, nuevo paradigma, yo misma hablo de ello, del despertar de la consciencia. ¿Qué hemos hecho tan bien o tan mal para estar ahora en este trance, es decir, despertando?
No tengo las respuestas a mis propias preguntas, pero ciertamente no me importa cómo hemos llegado a este punto. Me importa más lo que hagamos a partir de ahora, cómo quiero comportarme en adelante, qué quiero sentir y experimentar en mi vida y sí, me sé creadora de mi realidad, buena o no tan buena, me responsabilizo de ella. Soy ella. Soy mi vida.
¿Y qué tiene esto que ver con la magia? A mi modo de ver, todo. Porque aunque mi mente siga ciega tras miles de años de entrenamiento para no ver, mi ser sigue viendo y percibiendo que este mundo es maravilloso y perfecto, y a poco que preste atención, observo magia por donde voy, incluso la magia más cercana, bandadas de pájaros de cuerpos brillantes por el sol del ocaso en su migración, las flores explotando en sus ciclos, pausadas y bellas, el arco iris, los ríos y cascadas más apabullantes, entre millones de escenarios insospechados e igual de magníficos. Para mí esto es magia, porque aunque lo haya visto en la 2, pocas veces me he parado y apreciado que estaba sucediendo a mi alrededor.
Bien, morimos, pero antes de partir pregúntate si has logrado disfrutar de esto alguna vez. Luego te haré más preguntas, pero empiezo con ésta y contéstame de cierto, ¿has experimentado la magia en tu vida, alguna vez al menos?
Ya muertos, en otra dimensión o donde sea o en ningún sitio, recordaré si hice esto o experiencias similares y no me satisfará responder que no, porque tuve tiempo, mucho tiempo, pero estaba ocupada y me entretuve, y cuando lo recuerde, ya se habrá terminado.
Upps y no sé si voy a volver.
(fragmento de Un poco más..., cada vez, Ana Méndez, 2016, inédito)
Comentarios
Publicar un comentario