Si no juegas con tu mente, ella lo hará contigo, y puede que no te guste su sentido del humor
Ya sabemos que nuestra mente es un atleta de élite, un magnífico procesador, un estudiante brillante, una fuente inagotable de imaginación, ..., precisamente por eso y mucho más necesita estar activa las 24 horas del día.
A nuestra mente le encanta jugar y si no lo hacemos con ella, ella jugará con nosotros, y, créeme, no tiene nuestro mismo sentido del humor si no está bien adiestrada y puede que no nos guste su juego. De hecho, lo normal es que no nos guste. Su entretenimiento es compulsivo, repetitivo, cansino, perturbador, insistente, preocupante y además le apasionan las películas de terror, las más atroces, para ser exactos.
Por eso debemos tomar dirección y guiar sus juegos hacia nuestros intereses, porque es la mejor en lo suyo, sólo tenemos que ponerla a trabajar de forma dirigida y nos seguirá, expandiéndose y sorprendiéndonos.
Hay estadísticas sobre su actividad en muchos estudios, básicamente el 95% de los pensamientos de nuestra mente, unos 60.000, son los mismos del día anterior y probablemente los mismos del día siguiente. A estas alturas ya sabemos mucho sobre su funcionamiento, sobre su capacidad y sobre cómo las gasta cuando está ociosa.
También sabemos que nuestra mente no somos nosotros y conocemos técnicas más o menos efectivas para silenciarla.
Propongo jugar con ella y practicar la visualización, todo un clásico de los juegos mentales. Propongo insistir en el entrenamiento de la versión creadora y creativa.
Si nuestra mente se aburre y no hemos aprendido dónde está su botón de apagado, hará de saltimbanqui, entrará en modo desbocado, jugará ella sola descomedida y nos tomará el pelo, porque la mayoría de las veces, no tiene ni las mismas reglas del juego ni el mismo sentido del humor que nosotros, insisto.
Por esta razón, propongo dos opciones básicas (tiene montones de prestaciones más, pero aquí quiero incluir únicamente estas dos del amplio menú) aprender su apagado cuando no la necesitemos, a través de la meditación y la consciencia plena y utilizarla en las visualizaciones creadoras de realidad por su potencial extraordinario e infinito.
Estos días he conocido el trabajo de Alicia Sánchez (aquí, uno de sus muchos vídeos) que nos habla de forma divertida, fresca e interesante acerca de las visualizaciones creativas.
Insistamos en su utilización siguiendo nuestros propios intereses vitales y nuestras propias normas, permitámonos experimentar el juego de crear una vida más rica y expansiva con esta valiosa herramienta, si no, puede que sucumbamos en un juego que no entendemos y finalmente perdamos la partida.
No es necesario.
Aprende el manejo y enséñale tú con tus propios códigos, diviértete y disfruta de la experiencia lúdica colaborativa, dirigida, potenciadora y extraordinaria de la vida con tu mente maravillosa.
A nuestra mente le encanta jugar y si no lo hacemos con ella, ella jugará con nosotros, y, créeme, no tiene nuestro mismo sentido del humor si no está bien adiestrada y puede que no nos guste su juego. De hecho, lo normal es que no nos guste. Su entretenimiento es compulsivo, repetitivo, cansino, perturbador, insistente, preocupante y además le apasionan las películas de terror, las más atroces, para ser exactos.
Por eso debemos tomar dirección y guiar sus juegos hacia nuestros intereses, porque es la mejor en lo suyo, sólo tenemos que ponerla a trabajar de forma dirigida y nos seguirá, expandiéndose y sorprendiéndonos.
Hay estadísticas sobre su actividad en muchos estudios, básicamente el 95% de los pensamientos de nuestra mente, unos 60.000, son los mismos del día anterior y probablemente los mismos del día siguiente. A estas alturas ya sabemos mucho sobre su funcionamiento, sobre su capacidad y sobre cómo las gasta cuando está ociosa.
También sabemos que nuestra mente no somos nosotros y conocemos técnicas más o menos efectivas para silenciarla.
Propongo jugar con ella y practicar la visualización, todo un clásico de los juegos mentales. Propongo insistir en el entrenamiento de la versión creadora y creativa.
Si nuestra mente se aburre y no hemos aprendido dónde está su botón de apagado, hará de saltimbanqui, entrará en modo desbocado, jugará ella sola descomedida y nos tomará el pelo, porque la mayoría de las veces, no tiene ni las mismas reglas del juego ni el mismo sentido del humor que nosotros, insisto.
Por esta razón, propongo dos opciones básicas (tiene montones de prestaciones más, pero aquí quiero incluir únicamente estas dos del amplio menú) aprender su apagado cuando no la necesitemos, a través de la meditación y la consciencia plena y utilizarla en las visualizaciones creadoras de realidad por su potencial extraordinario e infinito.
Estos días he conocido el trabajo de Alicia Sánchez (aquí, uno de sus muchos vídeos) que nos habla de forma divertida, fresca e interesante acerca de las visualizaciones creativas.
Insistamos en su utilización siguiendo nuestros propios intereses vitales y nuestras propias normas, permitámonos experimentar el juego de crear una vida más rica y expansiva con esta valiosa herramienta, si no, puede que sucumbamos en un juego que no entendemos y finalmente perdamos la partida.
No es necesario.
Aprende el manejo y enséñale tú con tus propios códigos, diviértete y disfruta de la experiencia lúdica colaborativa, dirigida, potenciadora y extraordinaria de la vida con tu mente maravillosa.
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