Ir al contenido principal

Hiperconsumismo versus consciencia

Me pregunto cuántos euros necesitamos para vivir un día, un mes, un año.
Me pregunto cuántos bienes necesito para hacerme la vida más cómoda, más fácil, más agradable.
Y en una reflexión tranquila, serena y consciente, me doy cuenta de que realmente necesito muy poco al día para vivir, para estar cómoda y sentirme a gusto. Me doy cuenta también de que no necesitaría incluso mucho de lo que creo necesario, pero aquí dejaré un punto holgado de mínimo material, aunque sea por pura creencia y aceptación del inventado estado del bienestar.
Desde mi consciencia, no necesito el último modelo de smartphone cada seis meses, ni 20 pares de zapatos para cada temporada, ni estar a la última en moda, ni visitar cada día el centro de estética, ..., entre las miles de opciones materiales disponibles.
Desde mi consciencia sé que puedo hacerlo, pero también sé que no lo necesito. Y éste es un punto importante y un primer paso.
Tener, acumular, poseer, dominar, controlar.
Me doy cuenta de que finalmente mis posesiones, mis cosas, me poseen en definitiva a mí.
Y entrando en ese círculo consumista de lo último, lo mejor, lo de moda, de lo que todo el mundo habla, pierdo libertad y autonomía y me sumerjo en un hiperconsumismo que se perpetúa a sí mismo y se autofagocita. Porque no tiene fin, ni solución.
Al quedarme observando este comportamiento tan bien aceptado, tan aplaudido, tan común y tan integrado en nuestra forma de vida, me permito tener la experiencia de contemplar mi vida sin todo ello y darme cuenta de que no pasa nada, en todo caso, mejora la calidad de mi vida en cuanto a presión, obligación y necesidades.
También admito que nadie nos obliga a consumir en demasía, no, simplemente lo hacemos por inercia y nos autoesclavizamos. Aquí es donde pongo el acento y la consciencia, parémonos a contemplar y a pensar de forma alternativa, diferente, creativa.
Esto no es nada nuevo. Colectivos, asociaciones, grupos por todo el mundo practican ya otras formas alejadas del hiperconsumismo basadas en el reciclaje, el soltar, la vida sencilla, el autoabastecimiento, la consciencia y el vivir de calidad viviendo como quiero y no como se supone que debo querer.
Sigamos observando otras formas de vida que nos sacan de la supervivencia consumista, recuperando nuestro control personal en el día a día y si esto nos aporta mayor serenidad y calidad, practiquémoslo incondicionalmente, recordando que el cambio en el mundo empieza en uno mismo y la responsabilidad de mi vida es sólo mía.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Trabajo o traalto

Es un simple juego de palabras inventado con un profundo significado para mí. Se trata de la perspectiva desde la que realizo mi actividad profesional. Desde el trabajo o desde el traalto, es decir, desde la obligación, la necesidad y la imposición o desde el disfrute, la creatividad y el deleite. Desde una vibración baja o desde una vibración alta. Desde el conocimiento dirigido o desde los dones y el talento innatos. Haz lo que te gusta y no trabajarás nunca. Esto no quiere decir que no me esfuerce, que no sea perseverante o que no tenga implicación, justo todo lo contrario, si mi actividad deriva de los dones, no trabajo, sólo traalto y transmuto lo que hago porque el origen lo es todo y cambia radicalmente el enfoque y la energía que pongo en ello. Averigua cuáles son tus dones si no lo sabes todavía, dirígete a su realización, dejemos de verlos como aficiones o como sueños colocándolos dentro de nuestras vidas en el centro de nuestra actividad profesional o laboral. Dejemos

El estancamiento no existe, se trata de degradación

Sí, lo sabemos, no podemos no crecer. El estancamiento es ilusorio, es la manera de decir y autoconvencernos de que me "quedo como estaba" sin avanzar, pero no es posible. Todo se mueve, continuamente, todo el rato. Todo varía a cada instante, sólo la limitada percepción humana es capaz de determinar parada, quietud y estancamiento.  En un interminable imaginario. Sin embargo, todo a nuestro alrededor nos informa de que lo estático es puntual para dar paso indefectiblemente a la degradación.  Nada mejora por el no uso, por quedarse como antes, por no aceptar o no permitir el avance. Ciertamente a las personas nos ocurre exactamente eso mismo.  Cuando decidimos que ya está todo hecho, aprendido, conocido, experimentado, y nada queda por mejorar, comienza la degradación y el derrumbe. No nos supongamos como modelo terminado de nosotros mismos, no existe tal, y no estamos aquí para llegar a eso sino para ser infinitos y extraordinarios, y eso se consigue de manera continua y sos

A mi edad, no...

¿Qué quieres hacer? He oído muchas veces esta creencia que parece incapacitarnos para un sinfín de actividades o experiencias en nuestra vida a partir de una determinada edad, cada uno elige cuál para que le sirva de excusa. A mi edad, que paso del medio siglo, no entiendo por qué debo dejar de aprender de mil y una cosas que todavía me quedan por experimentar. No hace tanto comencé a bailar, no hace tanto cambié mi vida completamente saliendo de la zona de confort para entrar en la de pánico (así la llaman, pero debo decir que nunca me he divertido y disfrutado tanto como desde que estoy en ella), hace poco que aprendí..., hace poco que empecé... De eso se trata, según mi teoría, que seguramente no será nada mía, estamos en esta vida física para vivir una experiencia humana extraordinaria, única y genuina, y parece que se nos olvida en cuanto pisamos el suelo. Pues aquí va el reto, no dejes de experimentar, disfrutar, vivir el presente y ser feliz probando cosas nuevas como si